miércoles, 24 de febrero de 2010

En nuestros tiempos

De pronto, sobrevino la gran inundación que, a manera de un nuevo diluvio —esta vez global—, hizo estallar todas las llaves y tuberías, y nos arrastró a todos con ella. Estamos inundados de información, y ya no es posible administrar el agua como lo hacíamos antes. Ya no podemos pretender que niños y jóvenes acudan a estas instituciones a aprender a mojarse la piel y a beber del manantial del saber que administrábamos los docentes. Ahora debemos enseñarles a mantenerse a flote para poder respirar y no morir ahogados, a nadar para no dejarse arrastrar por la corriente y a sobrevivir en un medio acuático.

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